Opinión: el Programa PACE como garante de derecho
Eloísa Carreño Retamal.
Facilitadora Programa PACE UCM, Centro de Apoyo al Aprendizaje.
El Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE), es un política que se impulsa desde el año 2014 y es ejecutada por las universidades que pertenecen al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH), entre otras por la Universidad Católica del Maule (UCM).
El programa se focaliza en establecimientos de dependencia municipal con un alto Índice de Vulnerabilidad (IVE), lo cual, en la VII región, coincide en su mayoría con los establecimientos Técnicos Profesionales (TP) y que es el camino formativo que agrupa a una importante cifra de estudiantes que provienen de hogares con menor nivel socioeconómico, tanto en términos de ingresos familiares como de escolaridad de los padres.
La finalidad de esta medida es instalar una vía de ingreso y de permanencia más inclusiva en estos establecimientos para aquellos estudiantes que cuentan con un buen rendimiento en su trayectoria académica en sus respectivos contextos escolares y que en ciertas oportunidades no obtienen resultados óptimos en la evaluación estandarizada “Prueba de Selección Universitaria” (PSU) y, en consecuencia, ven truncada la posibilidad de soñar con cursar una carrera universitaria, como parte de su proyecto de vida. Tal es el caso de los estudiantes de procedencia de establecimientos TP, donde la tendencia es que obtienen los más bajos puntajes promedios de la PSU a nivel nacional, en comparación con los establecimientos Humanista Científico (HC), y al interior de estos, son los establecimientos particulares quienes obtienen los mejores puntajes promedio.
Este fenómeno se encuentra asociado a varios factores, uno de ellos y el más estructural está asociado a la malla curricular, donde los establecimientos TP a diferencia de los HC tienen un número menor de horas en Lenguaje, Matemáticas y en los ramos de Ciencias (Química, Física y Biología), que son las áreas que evalúa la PSU. Por lo tanto, tomando este dato y de acuerdo a la información reportada por el Ministerio de Educación, alrededor del 40% de los estudiantes que cursan estudios TP se encuentran en una situación de desventaja al momento de rendir la PSU, pues, no cuentan con los contenidos mínimos obligatorios necesarios para obtener un resultado óptimo en la evaluación estandarizada “Prueba de Selección Universitaria” (PSU).
Esta realidad de los estudiantes TP incide en sus expectativas personales y familiares, quienes visualizan en su proyecto vocacional metas a corto plazo como trabajar y a mediano y/o largo plazo, la posibilidad de continuar estudios superiores.
En este contexto y desde una perspectiva de los Derechos Humanos sobre Educación, que sostiene que: “el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos” (art. 26 declaración de los Derechos Humanos) y que tiene la característica de ser un Derecho habilitante, pues, es un instrumento que permite a las niñas, niños, jóvenes y adultos que se encuentra en una situación asimétrica, en cuanto a privilegios socioeconómicos, salir de la pobreza y participar plenamente en la vida de la comunidad (Unesco, 2007), se puede señalar que el Programa PACE se constituye en un garante del derecho de educación para los estudiantes, ya que garantiza la equidad en el acceso y la permanencia a la Universidad, reconoce el mérito de los y las que han obtenido un promedio sobre 6 en su trayectoria académica y que aun, cuando no han obtenido el puntaje requerido para ingresar a la universidad, pueden optar al cupo PACE y participar del derecho de aprender en la educación superior, que en lo inmediato dará respuesta a su proyecto personal y a futuro mejorará su calidad de vida. Muchos de los estudiantes, hombres y mujeres, a través de este programa, han sido la primera generación de su familia en ingresar a la enseñanza superior.
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